Los post de rol transcurren en el mes de MARZO.
Las imagenes, el estilo y cualquier elemento gráfico ha sido creado plenamente por el equipo administrativo. Al igual que la trama y ambientación. 10/11 (C)
Un café solo y ben cargado ~ Anouk ~
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Un café solo y ben cargado ~ Anouk ~
-Por supuesto, padre, tendrás esos informes en cuanto tenga un hueco libre.
Scott entró en la cafetería, hablando por su teléfono móvil de última generación. Un pequeño capricho cortesía de su instinto puramente sibarita. Su padrastro lo había llamado, Scott era el encargado de algunas secciones de la empresa, un pequeño "master" que Marcus le proporcionaba para entrenarlo, al fin de cuentas era su heredero. Pero Kingsley podía llegar a ser muy pesado, se empeñaba en seguir con lupa los movimientos de su hijastro, y eso a Scott lo exasperaba. Tenía ganas de heredar la maldita empresa y deshacerse de aquél viejo, de esa forma el tendría en sus manos todo el imperio.
Solos él, su hermano y el dinero. Como debía de haber sido siempre.
-Ahora no puedo hablar, voy a entrar en una clase -Mintió descaradamente, con la esperanza de librarse de semjante plasta- Sí, padre, ya nos veremos.
Colgó el teléfono móvil y dio un suspiro de fastidio. Rodó los ojos, exasperado, cada vez que hablaba con ese hombre se ponía de un humor de perros. Aquel cretino... si había alguien a quién Scott Kingsley realmente detestaba, era a su padrastro. Sin embargo debía de agradecerle la educación dada, realmente no sería nadie sin las enseñanzas -poco morales, por supuesto- que Marcus le había otorgado. De igual forma, eso no diezmaba el odio que sentía por aquél hombre.
Se acercó a la barra de la cafetería, guardándose el móvil en l bolsillo.
-Un café bien cargado, sin azúcar y sin leche -Le pidió al camarero con frialdad, sentándose en una de las sillas. No le apetecía ir a ninguna mesa.-Y ponle coñac.
Scott entró en la cafetería, hablando por su teléfono móvil de última generación. Un pequeño capricho cortesía de su instinto puramente sibarita. Su padrastro lo había llamado, Scott era el encargado de algunas secciones de la empresa, un pequeño "master" que Marcus le proporcionaba para entrenarlo, al fin de cuentas era su heredero. Pero Kingsley podía llegar a ser muy pesado, se empeñaba en seguir con lupa los movimientos de su hijastro, y eso a Scott lo exasperaba. Tenía ganas de heredar la maldita empresa y deshacerse de aquél viejo, de esa forma el tendría en sus manos todo el imperio.
Solos él, su hermano y el dinero. Como debía de haber sido siempre.
-Ahora no puedo hablar, voy a entrar en una clase -Mintió descaradamente, con la esperanza de librarse de semjante plasta- Sí, padre, ya nos veremos.
Colgó el teléfono móvil y dio un suspiro de fastidio. Rodó los ojos, exasperado, cada vez que hablaba con ese hombre se ponía de un humor de perros. Aquel cretino... si había alguien a quién Scott Kingsley realmente detestaba, era a su padrastro. Sin embargo debía de agradecerle la educación dada, realmente no sería nadie sin las enseñanzas -poco morales, por supuesto- que Marcus le había otorgado. De igual forma, eso no diezmaba el odio que sentía por aquél hombre.
Se acercó a la barra de la cafetería, guardándose el móvil en l bolsillo.
-Un café bien cargado, sin azúcar y sin leche -Le pidió al camarero con frialdad, sentándose en una de las sillas. No le apetecía ir a ninguna mesa.-Y ponle coñac.
Scott Kingsley- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 06/10/2010
Re: Un café solo y ben cargado ~ Anouk ~
"Papa, ya se que quiero estudiar
Ah, ¿el que, si puede saberse?
Medicina. Quiero salvar vidas.
¡Ja! Tiene gracia... quieres salvar vidas cuando ni siquiera puedes salvar la tuya."
Mientras caminaba por los pasillos de la universidad, con paso lento pero decidido, cada palabra que estuvo presente en la conversación que tuvimos mi padre y yo hace once años resonaba en mi cabeza. Todo porque aquella mañana me llamó dos veces, mientras atendía a un par de chicos que se habían peleado, y me tocaba a mi "arreglarlos". El siempre pensó que yo era inútil, tan solo porque en el instituto hacía lo típico: beber, fumar... El típico comportamiento rebelde, donde todas y cada una de las hormonas estan alborotadas, y no se lográ pensar con claridad. Cuando un día me vió llegar borracha a casa, me dijo que no quería saber mas de mí.
Ah... mi padre, el perpetuo católico hasta la médula.
Me paré un momento, apoyandome una de mis manos a la pared y otra en mi frente. Encima aquella noche no había podido dormir y estaba que me quedaba durmiendo por los rincónes. Necesitaba una cosa. Necesitaba café.
Entre en la cafetería con paso lento y relajado, no estaba para ir al trote y volver corriendo a mi despacho. Cuando logré observar a mi alrededor, vi que no había nadie. Nadie, exceptuando un chico sentado en una barra. Creía que su cara me sonaba, aunque claro, veía mas de cien caras al día y de manera intermitente, solo cuando les dolía algo. Era imposible lograr acordarme de todos, aunque intentaba procurarlo. Me aproximé a la barra y me senté. Vi que el muchacho de la cafetería se acerco.- Ponme un café con leche, por favor.- Le pedí con amabilidad, aunque con voz un tanto cansada sin quererlo. Se alejó y nos dejó al chico que estaba a mi lado y a mi solos.
Noté una vibración en mi movil y lo saqué. En cuanto ví de quien se trataba nuevamente, colgué y lo deje de mala manera a mi lado.-¡Maldita sea!.- Dije para mi misma, ya desquiciada.
Ah, ¿el que, si puede saberse?
Medicina. Quiero salvar vidas.
¡Ja! Tiene gracia... quieres salvar vidas cuando ni siquiera puedes salvar la tuya."
Mientras caminaba por los pasillos de la universidad, con paso lento pero decidido, cada palabra que estuvo presente en la conversación que tuvimos mi padre y yo hace once años resonaba en mi cabeza. Todo porque aquella mañana me llamó dos veces, mientras atendía a un par de chicos que se habían peleado, y me tocaba a mi "arreglarlos". El siempre pensó que yo era inútil, tan solo porque en el instituto hacía lo típico: beber, fumar... El típico comportamiento rebelde, donde todas y cada una de las hormonas estan alborotadas, y no se lográ pensar con claridad. Cuando un día me vió llegar borracha a casa, me dijo que no quería saber mas de mí.
Ah... mi padre, el perpetuo católico hasta la médula.
Me paré un momento, apoyandome una de mis manos a la pared y otra en mi frente. Encima aquella noche no había podido dormir y estaba que me quedaba durmiendo por los rincónes. Necesitaba una cosa. Necesitaba café.
Entre en la cafetería con paso lento y relajado, no estaba para ir al trote y volver corriendo a mi despacho. Cuando logré observar a mi alrededor, vi que no había nadie. Nadie, exceptuando un chico sentado en una barra. Creía que su cara me sonaba, aunque claro, veía mas de cien caras al día y de manera intermitente, solo cuando les dolía algo. Era imposible lograr acordarme de todos, aunque intentaba procurarlo. Me aproximé a la barra y me senté. Vi que el muchacho de la cafetería se acerco.- Ponme un café con leche, por favor.- Le pedí con amabilidad, aunque con voz un tanto cansada sin quererlo. Se alejó y nos dejó al chico que estaba a mi lado y a mi solos.
Noté una vibración en mi movil y lo saqué. En cuanto ví de quien se trataba nuevamente, colgué y lo deje de mala manera a mi lado.-¡Maldita sea!.- Dije para mi misma, ya desquiciada.
Anouk L. Allisworth- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 05/10/2010
Re: Un café solo y ben cargado ~ Anouk ~
Sacó su teléfono móvil de nuevo, era uno de esos Blackberrys ostentosos que se llevaban ahora. Un carísimo aparatito del cual podía presumir cuanto quisiera, o más bien del dinero que le había debido de costar. El tema era que allí tenía toda su vida, su móvil era como una agenda electrónica, podría decirse que lo utilizaba absolutamente para todo, y que todos sus datos estaban ahí metidos. Por eso, si había algo que le inquietaba, era que alguna vez pudieran robárselo, porque entonces realmente sí que tendría problemas.
Observó en su agenda los quehaceres que tenía aquél día, mientras que escuchaba como alguien se acercaba a la barra. Levantó la vista escasamente dos segundos antes de volverla a dirigir a su teléfono. En ese corto periodo le dio tiempo a percatarse de que se trataba de la enfermera. Apenas la conocía de haber ido un par de veces a pedirle aspirinas por sus constantes dolores de cabeza, producidos, entre otras cosas, por su afición insana a los ordenadores.
Se guardó el teléfono nuevamente, esperando a que le sirvieran el café. Se inquietó mientras maldecía la tardanza e incompetencia que tenía el servicio de aquella universidad. Fue entonces cuando escuchó a la enfermera. Scott la miró de reojo, ella había mirado su teléfono móvil y no parecía muy contenta con lo que veía. al parece, aquél era el día de las odiosas llamadas telefónicas.
-Es mas eficaz poner el buzón de voz -Comentó secamente. Él no solía dar consejos porque sí, más que nada porque no le interesaban las vidas ajenas a la suya, pero acababa de tener una mala experiencia telefónica y, bueno, podría decirse que le pilló en un momento de defensas bajas.
Observó en su agenda los quehaceres que tenía aquél día, mientras que escuchaba como alguien se acercaba a la barra. Levantó la vista escasamente dos segundos antes de volverla a dirigir a su teléfono. En ese corto periodo le dio tiempo a percatarse de que se trataba de la enfermera. Apenas la conocía de haber ido un par de veces a pedirle aspirinas por sus constantes dolores de cabeza, producidos, entre otras cosas, por su afición insana a los ordenadores.
Se guardó el teléfono nuevamente, esperando a que le sirvieran el café. Se inquietó mientras maldecía la tardanza e incompetencia que tenía el servicio de aquella universidad. Fue entonces cuando escuchó a la enfermera. Scott la miró de reojo, ella había mirado su teléfono móvil y no parecía muy contenta con lo que veía. al parece, aquél era el día de las odiosas llamadas telefónicas.
-Es mas eficaz poner el buzón de voz -Comentó secamente. Él no solía dar consejos porque sí, más que nada porque no le interesaban las vidas ajenas a la suya, pero acababa de tener una mala experiencia telefónica y, bueno, podría decirse que le pilló en un momento de defensas bajas.
Scott Kingsley- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 06/10/2010
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