Emm...¿qué hay de nuevo?{Anouk}

por **Blue M. Kaffka** Miér Oct 06, 2010 4:48 pm

Paso tras paso Blue se acercaba a su condena diaria. A aquel sitio que le recordaba un día tras otro que su fin estaba más cerca, posiblemente, que el de todos los que la rodeaban. Algo que con el paso de los días había aprendido a soportar en la mejor de las medidas. Ya no le dolía pensar que pronto sus pulmones dejarían de coger aire del exterior, que su corazón pararía de bombear sangre por su organismo...de que nunca más iba a a ver la luz del día. Porque ante todo Blue era realista, sabía que la esperanza de que alguien pudiera darle lo que necesitaba no era más que una mera ilusión en su cabeza. Tonta de ti, Blue. Esperas un milagro...los milagros no existen, despierta.. Su cabeza, la parte más inusual de la joven muchacha, le repetía una y otra vez lo mismo. Tenía razón, ella lo sabía. Pero como exactamente eso que ella misma se llamaba, una tonta, seguía albergando una mínima esperanza en el fondo de su corazón o de su alma...si era que verdaderamente existía la susodicha.Nunca cambiaras....

Dobló la esquina hacia la derecha mientras sus pasos resonaban por aquel largo y aburrido pasillo. Su mirada no albergaba tal sentimiento, ni siquiera parecía a través de ella que la chica estuviera presente, en el mundo real. La sensación de encontrarse en otro mundo, sumergida en sus pensamiento, era todo lo que los demás podrían percibir de Blue. No se fijaba en el exterior, en ninguna de aquellas personas que a esas horas pasaban a la vez que ella por el "corredor de la muerte" -como Blue llamaba "cariñosamente al pasillo que llevaba hacia la enfermería, su destino-. Sin venir a cuento, se paró junto a una ventana, observando sin prestar demasiada atención al exterior del edificio aquel. Como una imbécil, posó la mano izquierda -que era la que tenía libre, pues en la otra tenía una carpeta deplástico color azul- en el cristal de la misma ventana. La miró, como si estuviera himnotizada. "¿Te has quedado más tonta de lo que estabas o tus neuronas se han desconectado por completo?, muévete.. Como una autómata y por vez primera en mucho tiempo, Blue hizo caso de lo que su mente racional y madura le había indicado. Siguiendo su camino como si aquel pequeño paréntesis nunca hubiera tenido lugar.

A paso lento, acompasado y midiendo la velocidad a la que iba. Ella no estaba para correr demasiado...sin embargo, no pudo retrasar por más tiempo la llegada a la enfermería. Se colocó delante de la puerta, mirándola como cada día desde que acudía a aquellas citas que odiaba. Sin vacilar durante mucho más tiempo, decidió dar por finalizada aquel episodio de su vida llamando a la puerta y abriendola tras de sí. Esperaba encontrarse allí, como cada día, a Anouk. La enfermera que sin tomarlo ni beberlo se había convertido en su amiga."Eres del todo incoherente. Se supone que odias a los médicos y todas sus mierdas. Definitivamente lo tuyo no tiene arreglo.
Blue posó la mirada en la radiante y bella mujer que se presentaba ante ella mientras daba un paso hacia el interior. Con un leve movimiento, cerró la puerta tras de si y se adentró un tanto más en la sala. De nuevo aquel olor tan característico de hospital se alojó en las fosas nasales de la muchacha. Hizo una mueca claramente asqueada, no es que fuera demasiado agradable...pero para ella era más que un simple olor a medicinas.

-Bue...¿qué hay?.-se corrigió a sí misma. No eran buenos días, para nada. Miró al techo, blanco e inmaculado, por un instante, deviando sus azulados ojos hacia un punto concreto. Punto en el que no había absolutamente nada, tan solo blancura.-He vuelto para mi tortura diaria.-se apoyó deliveradamente contra la pared, apoyando la carpeta que traía entre las manos en sus caderas.

por **Anouk L. Allisworth** Miér Oct 06, 2010 5:34 pm

Iba caminando con pasos cuidadosos y lentos por aquel pasillo de paredes blancas y grandes ventanas, mientras con ambas manos sostenía una "bomba": un café hirviendo que, si lo seguía llevando mas de cinco minutos, sus manos acabarían por quemarse por completo. La verdad es que, en mi vida, ya había tenido una experiencia con una quemadura en su piel, mas concretamente en mi brazo derecho, y no deseaba que se repitiera en sus manos. Y, para colmo, encima tenía prisa porque estaba esperando una cita de una alumna que, para ella, era muy importante. Se trataba de Blue, aquella muchacha que desde el primer momento en que la vio y que la trató, sintió una gran necesidad de ayudarla y de hacerse su amiga. No era por pena, aunque lo pareciese, pero simplemente le cayó bien y pensaba que alguien como ella necesitaba una amiga enfermera que podía llamarla cuando le hiciera falta.

Y, si, porque no decirlo, ella también necesitaba a amigos allí dentro.

Por fín llegué y mis calientes y ya bastante torturadas manos por fín podrían deshacerse de aquel café. Abrí torpemente la puerta y enseguida pude observar mi querido despacho que aquel año se había convertido en mío, y esperaba que el siguiente también lo fuera. Me gustaba el trabajo que estaba teniendo aquí, y no me desagradaba para nada. Me acerqué rapidamente a mi mesa y dejé el café, por fin aliviada. Suspiré, mientras lentamente me llevaba las manos calientes hasta mi rostro frío, algo que normalmente siempre hacía después de situaciones como esas. No solía tener las manos calientes, siempre las solía tener frías. Muchas veces, cuando he tenido que curar alguna herida, me lo habían dicho. Esperaba que no fuera para mal.

Vi abrirse la puerta, finalmente, viendo el delicado pero aún así bello rostro de Blue. Al verla sonreí levemente, mientras daba un pequeño sorbo al café, escaldandome la lengua. Intenté disimularlo, para no dar un quejido.-Hola Blue.- Le dije de manera familiar y a la vez calida. Esperé a que se adentrara mas en mi despacho y cerrara bien la puerta para aproximarme a ella, con paso lento.- ¿Como te encuentras hoy?.- Le pregunté, en general, aunque mas en particulas por su enfermedad.

por **Blue M. Kaffka** Miér Oct 06, 2010 6:39 pm

Una visión fugaz y momentanea acudió a su mente, un recuerdo de cuando su padre y ella vivían en Irlanda, en aquel ático de metros reducidos en el que vivían. Recordaba el primer día que llegaron, en el cual tuvieron que darle una mano de pintura a las paredes. Pues en lugar de blancas, éstas habían adoptado un insano color beig con el paso del tiempo. Tiempo en el cual aquel lugar había permanecido completamente deshabitado."¿La cal de las paredes te está haciendo alucinar o qué?". Volvió a estar presente, en el mundo real cuando sintió como su adquirida amiga se acercaba a ella para preguntarle por su estado. Sabía perfectamente a qué se refería exactamente, aunque tratara de darle un tono más general y preocupante.
Blue repasó mentalmente los acontecimientos que habían tenido lugar durante aquella mañana y mediodia. Ciertamente nada destacable por la muchacha.

-Bueeno, la realidad es que he tenido días más interesantes que este.-se encogió de hombros con total indiferencia, como si tuviera millones de días en su vida para hacer lo que le diera la gana. Y ni siquiera llegaría a terminar la carrera por completo. Pero no importaba, no podía pretender que todos los días fueran una fiesta sin descanso. Era algo imposible. Sin mencionar que ella no podía llevar el ritmo normal de los demás. No podía hacer demasiadas cosas de las que los demás disponían simplemente porque sí.
Tomó aire, pues sabía que debía responder a la verdadera pregunta que Anouk había realizado.-Unos mareos sin importancia a lo largo de esta mañana y poco más, podría pasar perfectamente por alguien de una salud estupenda.-"Ni lo sueñes, nunca podrás serlos". Hizo un intento de sonrisa, esbozando una rápida y fugaz línea que curvó sus labios con total levedad.

-Antes que lo preguntes, no, no he tomado la medicación. Pero eso ya lo sabes, no hace falta ni tan siquiera que lo pienses.-Blue estaba realmente harta de tomarse aquel tratamiento que la dejaba totalmente enferma. Y lo único que le aportaba era alargar su agonía, nada más. ¿Cuándo llegaría el momento?, esa era algo que a ella misma le gustaría saber. Sin embargo, ya estaba preparada para dejar el mundo, hacía ya mucho tiempo que lo estaba.-Ya puedes echarme la bronca.-aguardó sin hacer nada, mirando a los ojos a la enfermera. Tenía motivos para regañarla y hacerle ver su error, aunque parecía que ella nunca quería entrar en razón. Aquella vez, sí que se vio con claridad la sonrisa en su pequeño y pálido rostro

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