La curiosidad mató al gato. {Margarett}

Tarde, llegaba muy tarde a clase y todo por culpa del maldito despertador de los chinos que tenia dos horas de retraso. No se en que estaba pensando el dia en que decidi que me compraria ese despertador, aunque tampoco se en que estaba pensando al dejar que fuese el chino quien me pusiese la hora.
"¡Yo te pongo la hola yo te la pongo no te pleocupes!"
Para ponermela mal mejor que la hubiese dejado como estaba. Aunque en parte todo esto también era culpa mia, tendria que haber comprovado la hora anoche antes de acostarme...

Total, estaba acabando de vestirme con la primera camiseta y el primer pantalon que pillé por el armario cuando salí de la habitación. Corrí hasta mi aula y al llegar vi que no habia nadie. ¿Tan tarde habia llegado? Por lo visto si.
Con la mochila sobre los hombros me puse a caminar por los pasillos mirando disimuladamente por los cristales que habia al lado de las puertas, en cada una de esas aulas estaban dando clase. Menos en la mia, vaya casualidad.

Cuando ya estaba dispuesto a marcharme hacia la entrada y volver a la habitación pasé por el lado de laboratorio. Estaba totalmente vacio pero habia un recipiente muy raro, con un liquido azul que echaba humo. Me entró la curiosidad por saber que pasaba asi que entré en el laboratorio. Dejé la mochila al lado de la puerta y me acerqué al recipiente.
¿Lo tocaba o mejor me volvia por donde habia venido?

Era día de laboratorio y esta vez había quedado encargada de preparar todo para la demostración que tendríamos en la clase de la tarde. Sabía que lo que el profesor me había confiado preparar me llevaría toda la mañana, así que esa mañana había madrugado.

Una vez en el salón, encendí las luces, coloqué la mochila en uno de los pupitres y me dirigí hasta el armario de materiales. En la puerta había colgado un cartel con las indicaciones del profesor. Lo tomé y lo guardé en el bolsillo del pantalón, acto seguido saqué las llaves del armario, que había recogido minutos antes de la secretaria, par poder abrirlo. Tomé de él un delantal blanco, los guantes y anteojos de protección. Me dispuse así rápidamente a preparar la primera fase del experimento que desarrollaríamos en clase horas más tardes.

Seguí las indicaciones paso a paso, todo marchaba bien, las horas volaron como las livianas hojas son arrastradas por el viento en otoño. Coloqué la solución de azul de metileno en el tubo de ensallo y a este en el soporte de reposo. Finalmente había terminado.

- Listo<Dije con satisfacción en voz alta para mi>

Me quité los anteojos y lo guantes de protección dejándolos a un costado, para poder así dirigirme al baño a lavarme la cara y tomar un pequeño respiro.

Fueron solo unos pocos segundos los que tardé. Tarareaba Yellow de Coldplay cuando ya solo me quedaban unos pasos para volver al laboratorio y ordenar todo. Pero una sombra me tomó por sorpresa. Cuando me asomé por la puerta vi a Nicholas.

- ¿No deberías estar en clases? <Pregunte extrañada desde la puerta>

Definitivamente no debía tocarlo, definitivamente lo mejor hubiese sido largarme por donde había venido pero no. Yo no podía hacer semejante cosa, yo tenía que ir derecho a toquetearlo todo. Si, era una irresponsabilidad por mi parte pero la curiosidad me podía. Estiré la mano y cojí el botecito de cristal y lo alcé levemente para mirar a contra luz el liquido, era un bonito color azul - me recordaba a los ojos de una de mis primas de parte de madre, los ojazos de la pequeña Claire. – .

Dejé de mirar el liquido y volví a dejar el bote sobre la mesa para ponerme a chafardear por los armarios y por la mesa del profesor.
Nunca había tenido la libertad de hacerlo ya que siempre que pasaba por allí estaba lleno y el par de veces que había conseguido entrar siempre era para ver a alguien. Esta era mi oportunidad y no pensaba desaprovecharla.

Abrí los armarios y vi un montón de cosas raras que no me llamaban la atención así que volví a cerrarlo y me fui hacia la mesa del profesor.
Allí me encontré varias cosas que me interesaban, por ejemplo, un par de revistas porno, – si, el profesor tenia que divertirse mucho en sus ratos libres… - tabaco y un i-pod en buen estado. Miré a mi alrededor por si venia alguien y al ver que no llegaba nadie me metí el i-pod en la mochila. No estaba bien pero el mío se había roto. Saqué el paquete de cigarrillos y sentado en la mesa del profesor me puse a contarlos.

En ese momento sentí una voz detrás de mi. Me levanté corriendo de la silla y miré en dirección a la voz. Me llevé un gran alivio al ver que se trataba de Margarett, sonreí.
- Debería… – me limité a decir sentándome de nuevo en la silla.