Caleb Blackwell

por **Caleb L. Blackwell** Miér Oct 06, 2010 11:28 pm

Caleb Leonard Blackwell

Edad:
Veintiún años.

Rango:
Estudiante de empresariales.

B.S.O:
Endlessly - Muse

Personalidad con datos biográficos:
“Yo amo la vida, aunque ésta me haya dado duros golpes”
Hace veintiún años se escuchó llanto de una criatura que por primera vez veía la luz. Una exhalación de alivio, de cansancio. Un duro y conciso “bien”. Una puerta cerrarse. Un nuevo llanto, ésta vez, de una mujer.

El primogénito de la familia Blackwell había nacido, por fin, luego de tantas veces intentándolo, la familia pudo concebir a un hijo. En New York, Estados Unidos, la familia Blackwell destacaba por su ancha billetera, producto de ser dueños de una importante cadena de bancos a nivel mundial. Con aquella corta explicación, es fácil adivinar que Caleb creció entre lujos, donde nada le faltó, más bien, le sobraba a cuantiosas cantidades. Creció también, inmerso en la superficialidad, donde te sonreían siempre por tener el apellido que tenías, no por ser lo que eras.

Ante ojos ajenos, la familia Blackwell era un modelo a seguir, se veían felices, eran serviciales con todo el mundo. Nada más alejado de la realidad. Puertas adentro, Thomas, el hombre de la casa, era un maldito déspota, un hombre frío que se movía a bases de sus intereses, de lo que le convenía, no le importaba manipular, engañar y todo lo que le sigue con tal de conseguir sus propósitos, y aquello no acababa ahí, claro que no, su mujer y madre de Caleb, era la que más sufría y la que pagaba cuando algo salía mal, cuando empezó a maltratarla físicamente fue probablemente cuando dejaron de funcionar como una familia normal, si es que alguna vez lo hicieron.

Por su parte, Caleb fue siempre educado en las mejores instituciones, empezó a odiar su casa conforme crecía, su padre le provocaba un profundo miedo y su madre, una tristeza infinita. Caleb siempre escuchaba a la mujer llorar en su habitación, pero nunca fue capaz de entrar y darle un abrazo, decirle que él la quería y que estaría ahí para ella. A través de sus inocentes ojos, el moreno no veía cual era el verdadero sufrimiento de su madre, hasta que la adolescencia empezó a llegar y con ello, los cuestionamientos.
Una noche, cuando llegaba a su casa luego de una agotadora tarde, escuchó desgarradores gritos femeninos, suplicas que le partieron el alma, un llanto desenfrenado. Caleb subió raudo las escaleras e irrumpió en la habitación de sus progenitores para ver como su padre tenía a su madre agarrada del cuello, la mujer lloraba y suplicaba, mientras que el hombre rojo de la ira parecía amenazarla. En cuanto vieron a Caleb en la puerta de la habitación, conteniendo la rabia entre sus puños, el hombre soltó a la mujer, la cual se encerró en el baño sin volver a mirar su hijo. El hombre recuperó la compostura, agarró a su hijo de los hombros y lo llevó hacia el primer nivel, donde le explicó que la vida era difícil, que llevar un gran imperio provocaba estrés, y que él crecería para ser igual que él, para ser como él.

Aquella fue la gota que rebalsó el vaso, se sumergieron en una gran discusión, donde Caleb le dijo que él no era como él, que en ningún momento podría siquiera ponerle un dedo encima a una mujer y encima ocupar una excusa tan barata como la que él había utilizado. Cuando su madre interrumpió la conversación, callando a Caleb y diciéndole que no contradijese a su padre, fue el fin. Creyó que enloquecería, miró a su madre con rabia, la odió en aquel momento, a la mujer que le dio la vida y que siempre le dijo que le amaba.
Actualmente vive solo, haciendo uso del dinero que su familiar obtuvo con sangre, sudor y lágrimas.

Está estudiando Empresariales porque su madre se lo pidió, porque le explicó que él podría apoderarse de la empresa de su familia, porque sólo de esa manera ella podría salirse del infierno que estaba viviendo. Afortunadamente aquella carrera es de su agrado, pero aunque no lo fuese, él de todas formas estaría a su madre, adora a su madre y tiembla de rabia cada vez que la ve sufrir. Le prometió que ella sería feliz, porque esa sería la única forma en que él lo sería también.

Personalidad:

Otros Datos:
#Es ateo. No cree en ninguna entidad, cree en si mismo.
#Si no se hubiese decantado por empresariales, está seguro que hubiera caído en alguna carrera referente al arte. Empresariales le podrá gustar, podrá verse en un futuro próximo a la cabeza de una empresa, pero sabe que su pasión, es el arte, la música, para ser más específico.
#Le tiene fobia, pánico y miles de sinónimos más al amor, su miedo por terminar tal como su padre y su madre, lo hacen alejarse de cualquier posibilidad. Se mantiene a raya.
No es de las personas que suelen enojarse con facilidad, tiene una paciencia infinita, pero como dicen por ahí, todos tienen su límite.
#Ama leer, devora páginas de libros como si no hubiese un mañana. La literatura clásica es su predilecta.
#Padece de insomnio, lo que provoca que no pueda dormir más de cinco horas, a veces ni siquiera lo consigue. Podría decirse que ya está acostumbrado a aquello.
#Fuma como chimenea.
#Tiene un gran tatuaje en la espalda, el cual reza “My own religion”. Se lo hizo a los dieciséis años, y claramente, sin autorización de sus progenitores. Caleb está seguro de que ellos aún no se dan cuenta de que está tatuado.
#Odia a los hombres que utilizan las mujeres y luego las botan como si fuesen un mueble usado. Le enferma, le enerva a grandes cantidades.
#Es un tanto claustrofóbico, a veces se siente preso entre cuatro paredes, por lo que no es raro verlo en grandes espacios abiertos en vez de lugares cerrados.
#Una de las cosas que más le irrita es que le digan que se parece a su padre. Él-no-se-parece-a-ese-hombre. Fin del asunto.

por **Candice Michaelson** Jue Oct 07, 2010 10:00 pm

Caleb Blackwell

Caleb Blackwell

Re: Caleb Blackwell