Sidney Z. Gosmardsen

-Nombre Completo-
Sidney Zachary Gosmardsen
(Sid, para los amigos. 'Eh, tú, el de allí' para los desconocidos.)


Edad
22 veranos

Rango
Estudiante de ciencias del deporte.

B.S.O
Just like you ~ Three Days Grace

Personalidad con datos biográficos
"¿Amor? ¿Cómo se te ocurre hablarme de eso ahora? Que acabo de comer, joder."

En realidad, no sé qué quieres que te cuente sobre mí... Soy una persona normal, sin ningún tipo de trauma infantil ni de hermano secreto escondido en Argentina o algo así que pudiese salir de debajo de las piedras por arte de magia. De hecho, tampoco es que tenga una historia demasiado interesante, hago el ciclo vital como todo hijo de vecino; Nazco, crezco, me reproduzco, como, me vuelvo a reproducir y muero... Y, con suerte, ocurre alguna reproducción más.

Nací en Bolton, Inglaterra, el seis de junio de 1988. Y aunque os cueste creerlo, no soy el niño de la profecía, pero a que molaría, ¿eh?
Me críe junto a mi padre, mi madre y mis dos hermanos pequeños en Gran Bretaña. Me instruí en un colegio privado durante los primero doce años de mi vida aunque yo lo odiaba; el uniforme me picaba más que un perro con unf estival de pulgas en el lomo, y para colmo los sacerdotes que ejercían de profesores eran unos hijos de puta, cada vez que decías algo 'fuera de tono' o se te ocurría atentar contra la religión te metían unas hostias como panes. Así he acabado yo, tonto perdido.

Aunque mi vocación es ser profesor de educación física en un futuro que espero no muy lejano, no siempre ha sido así. Cuando cumplí once años, mientras jugaba al fútbol, me lesioné una pierna y tuve que quedarme un mes encerrado en casa como un jodido apestado, con una escayola pesada y agobiante que inspiraba pensamientos homicidas. Mientras seguía lamentándome cual emo debatiéndose entre cortarse las venas o dejárselas largas, empecé a centrar mi atención en videoclips que emitían en un canal independiente de cuyo nombre no quiero acordarme. Tanto me vicié a la música que echaban en aquel canal que enseguida me hice fan del punk, rock y grunge de todas las épocas posibles. Mi hermano, que es tonto de fábrica, el pobrecito, había ganado hacía dos años una guitarra desastrosa en una tómbola de su colegio, por lo que decidí hacerme con ella aunque fuese una mierda e intentar tocar unos acordes. Antes de que me diese cuenta, ya empezaba a aprender a tocar la guitarra por mi propia cuenta de forma autónoma, convirtiéndose la música en mi gran pasión.
Aún doy gracias por no haberme viciado a la MTV en vez de a aquel canal tan raro. No me imagino vistiendo trajes de carne y cantando aberraciones de Justin Bieber. Brrr... ¿Qué es eso, el hedor de la putrefacción?

Y así, entre partidos de fútbol y ensayos independientes de la guitarra, llegué a los quince años, en los que mi padre me prohibió tocar cualquier tipo de música. Para él, aquello era una pérdida de tiempo. Mis notas habían descendido considerablemente y pensaba que era a causa de ello y del deporte, así que me pidió amablemente entre gritos que me concentrase más en llevar los estudios día a día que en las chorradas esas en las que invertía el tiempo o que me echaba a la puta calle.
Si te hubieras fijado bien, te habrías dado cuenta que mi desconcentración se debía a causa de las fiestas que me corría por las noches cuando tú creías que estaba en casa dormido en busca de sexo, drogas y alcohol, gilipollas. Sí, mi infancia había sido muy precoz, y más aún mi juventud. Ya sé que no es algo muy honrado ni de lo que sentirse orgulloso y blablabla... Pero qué cojones, carpe diem, ¿no? 'Vive rápido, muere joven y tendras un bonito cadáver', 'Prefiero quemarme que consumirme lentamente', etc, etc.

Por fin, llegamos a mis dieciocho años. Mis padres se divorciaron y mi madre decidió regresar a su ciudad natal, Nueva York. Por supuesto, me fui con ella y mis hermanos. Quería mucho a mi madre, debía cuidar de ella. Además, qué narices... Ella me dejaba tocar música, jugar al fútbol y todo lo que me saliese de la punta del prepucio.

Aunque me costó, saqué adelante mis estudios (Repitiendo segundo de bachillerato, por si las dudas) y logré hacerme un hueco en la Universidad St. Michaelson. La pasión por la música, desgraciadamente, se había apagado un poco. Me sentía desmotivado, más que nunca. Había compuesto canciones que a ninguna discográfica le había gustado, ni siquiera a la local. Había ingresado en un grupo de música que me juraba que era bueno, pero me sustituyeron por otro guitarrista. Coño, con ese historial es normal que uno se siente como una mierda musicalmente hablando, ¿no?

Lo sé. Quienes hayáis llegado hasta aquí, habéis pensado: 'Vaya inútil. Qué asco de gente. Se creerá guay y todo. Qué insensible. Vaya hijo de puta está hecho. Anda, mira, un caramelo'. Eso ya lo dejo a vuestra imaginación. Quien quiera, que me conozca, y quien no, tranquilo, te regalaré unos zapatos de ballet para que te puedas ir a la mierda de puntillas.

¡Nos vemos!

Otros Datos
º Posee una Les Gibson Paul negra que se compró por su décimo octavo cumpleaños. º
º Es de risa fácil. º
º Es bastante extrovertido, le encanta la multitud y la gente. Se agobia si no le cae bien a alguien. º
º Sid sigue el camino del hedonismo. º
º Su bebida favorita es el Vodka con Sunny Delight. Se ha empeñado en que él creó la mezcla. º
º Tiene un acento británico muy marcado. º
º Barney Stinson es su héroe. º
º Le ENCANTA el fútbol. Su equipo es el Bolton Wanderers Football Club. º