Savannah Doucete

¿Qué podría decir sobre mí? No se me da muy bien hablar sobre mí misma, así que me basaré en lo que mis compañeros de instituto dijeron sobre mí en el pasado anuario. Según sus citas, soy una chica jovial y atrevida, con un punto de picardía. A veces suelo enfadarme con facilidad por cosas triviales, pero así como me enfado, me desenfado.
Aquí hay una cita, creo que a éste no le caía muy en gracia, por que dice... ''Aunque siempre estás estupenda, me resultas una chica superficial y avariciosa.''

Bueno, supongo que todos tenemos nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas. Pero por lo que he visto, en la mayoría dicen que soy simpática, agradable, una persona con la que se puede conversar. Inteligente, ¡ah! y que me dejo copiar en los exámenes... Espero que ésto no se lo tomen al pie de la letra mis compañeros de universidad.

Vaya, en ésta siguiente página, hay notas sobre chicos con los que salí, veámos qué dicen de mí... ''Una chica especial'', ''Romántica hasta la médula, aunque te cuesta demostrarlo en público'', ''No sólo has sido la mejor pareja que he tenido, sino que te has convertido en una de mis mejores amigas'', ''Gran amante, gran amiga, gran persona''... Parece que en el amor no me ha ido tan mal ¿no?

Mi nombre es Savannah Doucete, nací en Mónaco el 23 de marzo de 1990. Soy la hija menor del matrimonio entre Helena y Pierre Doucete, mi hermana mayor se llama Claire Marie y es dos años mayor que yo, quizás por eso la considero un poco más afortunada de lo que yo soy. Creo que también debería mencionar a alguien a quién considero ya parte de la familia por estar en ella desde que Claire y yo nacimos, ella es nuestra interna Francine, la cual nos ha críado e inculcado valores que nuestros padres (por falta de tiempo) no han podido realizar en la medida que deseaban.

Tanto mi hermana Claire como yo, pasamos nuestros primeros años de enseñanza en casa, teniendo un profesor particular, hasta que tuvimos que empezar la secundaria. Claire se marchó a Francia dos años antes que yo, ingresando en el prestigioso instituto Notrê Dame de Sion, al cual asistiría yo dos años después.

Francine se trasladó con nosotras a la casa victoriana que nuestros padres tenían a las afueras de París, adquiriendo nuestra tutoría legal haciéndose responsable de nosotras. Los años de instituto fueron un poco difíciles, pues me vi bajo la sombra de Claire durante los dos primeros años hasta que por fin pude abrirme paso en la sociedad juvenil y obtener el reconocimiento que tanto ansiaba. Como cualquier joven, soñaba con ser popular y que los chicos más interesantes del instituto deseasen llevarme al baile de graduación.

Pero como en todo mundo popular, la popularidad lleva a fiestas, y las fiestas llevan a actos de los cuales luego te arrepientes. Así es como caí en las redes de las drogas y el alcohol, de aquello, mis padres nunca supieron nada, porque tanto Francine, como Claire me protegían. Yo solía decir que actuaba de aquel modo, porque era el único modo de seguir en la cima. Y así fue, hasta que alcancé tal punto en la cima que mi vida cayó en picado. Tras la mejor de las fiestas de mi vida, sufrí los efectos de drogas y alcohol y sufrí un shock el cual me permitió darme cuenta de que mi vida era tan frágil que algo como aquellas dos sustancias podía arrebatarme. Atemorizada por el hecho de que casi muero, pedí ayuda a Francine, y ésta se movilizó para conseguir incluirme en un proyecto de desintoxicación de forma discreta, casi clandestina, para que nadie pudiese saber nunca que había pasado por una adicción de tal magnitud.

Cuando empecé la reconstrucción en mi vida, tuve que emplearme a fondo para sacar unas notas lo suficientemente excelentes como para poder permitirme el lujo de ser yo quién decidiese a qué universidad asistiría. Justo a finales del penúltimo curso de secundaria, por fin había conseguido rehacer mi vida, volvía a ser aplicada en los estudios y una chica sana. Cierto es que cuando salía de fiesta con mis amigos bebía, pero siempre con moderación.

Al dejar aquellos vicios tan arriesgados, perdí a la mayoría de mis amigos, dándome cuenta de que esas amistades eran simples amistades por conveniencia, ya que gracias a la fortuna de mi familia, no me costaba en absoluto conseguir sustancias ilegales y montar fiestas que habían sido consideradas de las mejores de Francia.

El último curso ya estaba completamente sola, Claire se había marchado ya a la universidad para seguir los pasos de nuestro padre, empezando la carrera de Empresariales. Yo aún no podía decidirme entre Empresariales y Arte, pues siempre había sentido una cierta atracción por quel seductor mundo de la moda. Uno de mis mayores sueños era llegar a ser una reconocida diseñadora de mona, al igual que lo era nuestra madre.
Terminé graduándome en el instituto con las notas que deseaba, y era el momento de trasladarme a la universidad. Decidí hacerlo en la misma universidad que Claire, sólo que yo estudiaría una doble licenciatura, Empresariales y Arte.