Porque estudiar es una mierda ~ Ocupado

Era un día soleado. Típico de la primavera de Nueva York, casi hartante a esas alturas. Quiere salir a fuera y pasear por el jardín de la universidad, ir a Central Park y de compras. Pero no puede. Tiene que estudiar y eso, la molesta más que ninguna otra cosa en el día. Porque si,estudia y no le importa ir a clase, pero lo que se refiere a estudiar, bajo el sol, ya no tiene ningún sentido.

Decide ir a la biblioteca un par de horas, mañana tiene un examen importante. Irá, estudiará un rato y luego saldrá fuera. Necesita aire, porque le gusta el olor de los libros, pero ver tantas letras juntas llega a marear.

Entra allí, esta como la recuerda desde pequeña, cuando su padre y su tío estaban haciendo clase u ocupándose de cosas de la universidad y ella estaba con sus primos dando vueltas por allí. Phil la sacaba cinco años y Candice tres, por lo que los temas de conversación no distaban del “¿Qué tal?” y “¿Qué te han regalado para tu cumpleaños? ¿Y para Navidad?” A ella la trataban como a una niña, y entre ellos discutían. También recordaba la primera vez que entró en la biblioteca, con cuatro años. Se cayó por la escalera y empezó a llorar como una condenada. Desde ese momento, la biblioteca en dosis pequeñas, porque aún puede acordarse del dolor de espalda del día después de la caída.

Las bibliotecarias han cambiado, así como ella ha crecido. Ya no va allí porque tenga que hablar con su padre o su tío, ni tampoco porque su padre la haya castigado y la quiera controlar. No, ahora va a allí para estudiar. Y estudia como si no hubiera mañana.

Se sienta en una de las mesas, de madera. Sólidas. Saca un cuaderno y varios bolígrafos. Se va a por un libro y cuando vuelve, le suena el móvil. La bibliotecaria la mira mal, ella formula un “Perdón” sin hablar y agarra el móvil, vuelve a las estanterías y contesta. -¿Ahora que quieres?-Le pregunta a la otra línea del teléfono. Escucha respirar, alguien que se ríe. Se enfada por momentos, y cuando está apunto de decir algo más; Cuelgan. Cuelgan como unos malditos cobardes.

ooc. Son las cinco de la mañana, no me pidáis mucho xD

Las ganas de estampar el telefono móvil contra el suelo, no disminuian, me molestaba aquello de no saber quien tenía mi número de télefono, ¡Podía ser un acosador o algo peor! Despotriqué mentalmente contra la maldita tecnología y volví a la mesa. Aún tenía que estudiar.

El chico que unos minutos antes estaba sentado a mi lado seguía allí, con un cubo en la cabeza. “¿Qué, que hace con un cubo?” Me pregunté mentalmente, intentando encontrar una explicación ante aquello. Como hacía siempre, todo tenía explicación. Me volví a sentar y abrí nuevamente el libro. Letras. Muchas letras. Demasiadas incluso. De repente, alguien empezó a hablar en gritos sobre.. ¿Filosofía era, tal vez? Sí, sin duda era filosofía. Levanté la vista de mi libro y busqué a quien gritaba. Era el chico que estaba a mi lado. ¿Que haces?Pregunté algo contrariada ante aquello, y suponiendo que era algo que se sabía de memoria, porque con un cubo en la cabeza, no era precisamente muy fácil leer, al menos, para mi. A lo mejor el chico tenía rayos X, o algo.Si no te callas, la bibliotecariaSeñalé a la mujer del moño y gafas redondas.Te echará y te enviarán a direcciónAlgo me decía, que ese chico visitaba, dirección bastantes veces.